Por Gerardo Romo/// Semillero65
Jerez,(01-10-2025).- Gorety tiene claro que en la vida no se puede ser feliz sola, por eso disfruta de su existencia en comunidad, compartiendo con otras y otros, dándose a los demás, como lo hizo durante 30 años y seis meses en su carrera como maestra de preescolar y primaria y como lo hace ahora con sus amigas en su etapa como jubilada.
A Gorety Salcedo Ibarra le encanta bailar y cuando lo hace acaricia con el cuerpo, con el alma, con sus manos y en racimo, la puritita felicidad.
Aprendió en la Casa del Jubilado de Jerez danzas típicas de nuestro país, como La Guacamaya veracruzana que emula el movimiento de las aves extendiendo los brazos como alas que surcan el viento en un traje blanco bordado con un reboso color verde que bailó recién en el Teatro Hinojosa ante un público numeroso, entre ellos sus nietos Frida y Gael que no pararon de ovacionar a su alegre abuela.
“Nosotras somos jóvenes mayores de 60”, dice Gorety acompañada de la parvada humana, sus amigas Cristina, Martha, Cony, Auxilio y Marisela, con quienes comparte mucho más que el baile, la vida, experiencias, alegrías, sonrisas y ánimo en momentos difíciles.
Y también viajes, juntas han volado hacia todo el sureste mexicano, desde la Península de Yucatán, Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, La Paz, Los Cabos, ahí en el mar y su inmensidad han sentido la caricia de la naturaleza, en su devenir por el país conocieron más de nuestras culturas originarias, del México prehispánico cruel, pero también esplendoroso, de nuestra gastronomía tan rica como única y de la aventura de descubrir caminos desconocidos que al andarlos enriquecen el alma.
Y así, Goretty y su parvada comparten la frase de Javier Reverte, escritor y periodista español que explica: La aventura de viajar consiste en ser capaz de vivir como un evento extraordinario la vida cotidiana de otras gentes en parajes lejanos a tu hogar”.
Brenda, la hija de Goretty define a su madre como una persona muy alegre, le complace y alivia verle en plenitud en esta su nueva etapa como maestra jubilada.
“Ella siempre ha sido muy alegre le encant viajar, conocer personas y convivir estamos muy orgullosos de mi mamá, siempre ha sido muy activa, siempre nos ha apoyado mucho a mis hermanos y a mi, somos muy afortunados de tenerle”, dice feliz.
Fernando Savater define a la vida como el arte de vivir bien con una ética que permita afrontar las complejidades de la vida social, reconociendo nuestra propia humanidad para así vivir de manera más plena y valiosa, así se puede decir que ha vivido Goretty en su comunidad, con su parvada elegida y su familia.
Ella disfruta los pequeños grandes placeres de la vida como cocinar y puede hacer con un sazón delicioso desde un pozole, hasta unos sencillos tacos dorados, un mole o hasta nuestros deliciosos chiles en nogada.
Afirma que su tarea primordial es sonreír cada día.
¿Y cómo se siente ahora?, le pregunto.
¡Al cien!, exclama y acota: “No estamos como queremos, pero estamos como podemos”… y sonríe mientras sus amigas la observan con ojos envueltos de cariño y admiración.
Yo creo que Gorety fue también con sus niños y niñas una maestra alegre, comprensiva, de esas profesoras entrañables por su entrega y cariño genuino a su alumnado, ella no me lo dijo porque olvidé preguntárselo, pero esto seguro que así fue, me lo dicen sus ojos que transmiten alegría plenitud y paz.
Y antes de despedirnos me dice cómo se ve a sí misma en adelante: “Quiero seguir viajando, seguir bailando y seguir viviendo”.


