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Mi trabajo era mi vida

Por Octaviano García Pérez///Semillero65

Zacatecas,(03-Febrero-2024).-Después de trabajar durante treinta o cuarenta años de mi vida, la jubilación resulta un cambio de tales proporciones que se requiere tiempo, aprendizaje y acompañamiento para transitarla de la mejor manera posible. El transitar del trabajo a la jubilación genera grandes cambios. En esta etapa, es frecuente cuestionarnos quiénes somos, cómo nos valoramos, para qué servimos, cómo nos ven los otros, con quién y con qué contamos y qué hacer con tanto tiempo libre. Como si todo esto fuera poco, el paso a la jubilación supone incluirnos en un grupo que no siempre tiene el mejor marketing: el de LOS ADULTOS MAYORES.

La jubilación puede generar que nuestras posibilidades y nuestro tiempo aumente, pero también, implica la falta de referencias acerca de cómo utilizarlo. ¿Cómo se hace para actuar como jubilado? No se sabe. no solo no hay horarios, ni vacaciones, sino que, como en otros momentos de la vida, no hay modelos claros, nadie nos va a decir “así sí ” o “así no”. Para algunos el recorrido del proceso jubilatorio puede suponer momentos críticos y hasta traumáticos, que incluso pueden desencadenar patologías físicas y mentales. Frente a esto se han ido elaborando diversas estrategias para resolver esta etapa de manera positiva, como, estar acompañados durante el cambio, buscar información y promover proyectos vitales.

Esta etapa vital ha cambiado de manera drástica. Las clásicas referencias acerca del señor o la señora mayor han ido desapareciendo, y cada vez es más difícil saber qué significa y qué actitudes son propias de esta edad, en esta etapa se manifiesta incertidumbre y desconcierto, pero también, se encuentran soluciones y se recupera el bienestar.

El trabajo y las obligaciones ya no son el centro de nuestro universo, lo que nos permite ampliar los horizontes, buscar nuevos desafíos, generar nuevas relaciones, formar parte de espacios diversos y, lo más importante, dedicar más tiempo a los afectos. Si bien los cambios siempre nos generan un poco de inseguridad ya que nos obligan a enfrentarnos a situaciones nuevas, también nos permiten realizar balances de lo que hicimos, de quiénes somos hoy y de lo que queremos para nuestro futuro. Es importante preguntarnos quiénes somos, más allá de los roles y funciones que desempeñamos hasta ahora.

Hay que revisar los temas más importantes vinculados a la jubilación, como son:  los significados culturales que posee, los cambios físicos y psicológicos que suelen producirse antes, durante y después del momento del retiro, los recursos que las personas poseen para afrontarlo de la mejor manera y los múltiples modos de asignar sentidos y definir rumbos orientadores. Estoy seguro que así será más fácil emprender nuevos proyectos y definir nuevas metas en las cuales incluir nuestros intereses.

No olvidemos que algunos pueblos de la antigüedad consideraban que la edad de los mayores era el momento para pensar; la edad de la sabiduría por excelencia. Hoy agregaría que es el mejor momento para poner nuestro destino en nuestras propias manos, para apostar a la vida, para elegir lo que creemos que es lo nuestro. Para algunos será viajar o hacer amigos; para otros, ayudar, compartir, vivir en familia, y no faltaran aquellos que encuentren una salida en la búsqueda de sí mismos, ya sea en la reflexión filosófica, en el camino de la sabiduría espiritual trascendental o en los desafíos físicos o artísticos múltiples. ¿Nos animamos?

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