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El Sábado de Gloria tradición charra de hospitalidad y amistad: Hermanos Cabral Vargas

Por Evodio Cabral Vera///Semillero65

Jerez,Zacatecas,(19-04-2025).-Los distinguidos charros jerezanos, Rafael, Gabriel y Pablo Cabral Vargas, recordaron con añoranza sus vivencias durante el siglo pasado, dentro de la fiesta ecuestre con la que formalmente inicia cada año el famoso Sábado de Gloria.
Ellos, junto con su hermano Roberto, ya fallecido, son el pilar de una dinastía charra, que ha tenido en su segunda generación buenos charros de talla estatal y nacional; la tercera está en plena actividad y hacen sonar a su tierra Jerez y al apellido Cabral, en los mejores eventos. Y la cuarta generación está en formación, son los biznietos o nietos más pequeños de la familia Cabral Vargas que empiezan el gusto por montar a caballo y florear la soga.

GRATOS RECUERDOS DE JUVENUD

Vestidos elegantemente con el traje nacional, los tres hermanos recordaron diversas épocas de la fiesta del Sábado de Gloria que, no siempre fue un evento multitudinario, como el que ahora se vive, eran otros tiempos y otras formas, sin embargo, la alegría y la hospitalidad, la reunión familiar y el reencuentro con amigos, son el común denominador.
Don Rafa retorna momentáneamente a los años 60, cuando acudió por vez primera a una fiesta de este tipo, entre aquellas calles empedradas y brillantes; se preparaba temprano el caballo y convocados por la autoridad municipal, los jinetes se reunían a las 11 de la mañana para iniciar el recorrido.
“No había tanto judas, en realidad eran pocos, hubo un año que sólo pusieron cuatro, uno estaba en el Centro Charro, el otro, aquí frente al Hotel Jardín, uno más en La Oriental y allá donde no todo mundo podía acudir, (zona de tolerancia). Se daba la orden de parte de la presidencia y a las 12 en punto, iniciaba la quema; yo estaba chamaco y tría un buen caballo, lo arrimaba, me paraba arriba de él y muchas veces me toco prender la mecha”.
Pablo el menor de ellos, recuerda esa etapa de su niñez, “primero se hacía un desfile, no cabalgata charra, iban hasta el puente y regresaban, se formaban frene a la parroquia, donde el señor cura les rociaba con agua bendita y cuando se daba la señal, avanzaban hacia la cantina de El centro Charro y luego a los demás”.
Agrega que el festejo fue evolucionado cuando incrementó el flujo migratorio y en ese tiempo que era más fácil cruzar hacia el vecino país, venían los paisanos para esa fecha; luego fue incrementando el volumen de participantes, con los hijos de los que anteriormente llevaban a cabo la tradición.
Asegura que otro fenómeno que repercutió en el crecimiento, fue la fiebre de la tortilla, que motivó a muchas personas de Juanchorrey y la región a instalarse en el norte y centro de la república y comenzaron a venir a la fiesta. Un factor más es que el Sábado de Gloria es tiempo de vacaciones por lo que muchas personas comenzaron a visitar Jerez, como parte de su descanso.
Considera que en los años 80, aun era poca gente la que se congregaba en relación a lo que es ahora y para las cuatro de la tarde se despejaba el centro de la ciudad, la fiesta continuaba en la Almeda y otros puntos de la ciudad, un tiempo dejaron entrar con todo y caballo, luego se restringió; entre sus recuerdos está aquello de que frente a la escuela Ramón López Velarde, había algunas familia de migrantes que mataban puerco y lo ofrecían como reliquia; en la alameda, las familias organizaban sus comidas y la compartían con la gente de a caballo.

ALEGRÍA DESBORDANTE

Don Gabriel Cabral, considera que se han registrado cambios favorables, porque en aquella época pese a que había menos gente, no había manera de controlar, llegaban caballos en todas direcciones y no había orden, es algo de lo que hoy ve de diferencia, que en los últimos años se ha buscado ordenar los recorridos.
“La gente esperaba el Sábado de Gloria como una fiesta nacional, se hacía como una explosión, yo anduve entre la bola y de pronto era difícil, cada quien se paraba donde quería, o se metían por cualquier calle en cualquier dirección, no había orden, de pronto echaban de reversa el caballo o se veían feo y venían los pleitos.
Al respecto, Pablo recuerda una riña que comenzó en el centro de la ciudad y terminó con balacera en la alameda, yo iba a comer a ala alameda y de pronto uno sacó el arma y la detonó, mejor le di para el rancho, quizá a partir d ahí comenzó a procurarse un orden en la circulación.
Justifica con el hecho de que todos los pueblos de la tierra han tenido puntos de desfogue y más en la actualidad, con el tipo de sociedad y en este caso, también hay personas que están buscando un punto de desestrés y lo usan como eso, pero el hecho de que ahora haya un orden es bueno, señaló.

REACTIVACIÓN ECONÓMICA

Para Gabriel, un elemento relevante de la fiesta es la amistad; afirma que hay personas que tienen muchos años sin verse y ahí se reencuentran y se saludad con afecto, asegura que el Sábado de Gloria tiene mucho sentido de convivencia, no es sólo el desfogue, yo he estado muchas veces, no monto porque me resulta complicado, pero veo mucha convivencia, mucha plática de amigos, por eso la gente se pone entonada, alegre.
Los tres coinciden en la importancia de este día, para la reactivación económica de Jerez, hablando concretamente de la fiesta charra; se habla mucho que es la cantina más grande del mundo, por el alto consumo de alcohol en un solo día, pero no es sólo el alcohol, gracias al Sábado de Gloria, se revolucionó la economía en muchos aspectos.
Y cuestionan; Cuantas personas se mantienen de las talabarterías, las fábricas de trajes charros, de botines; luego las botonaduras, el moño, las espuelas; hay quien tiene el caballo solo para este día, pagan quien se los cuide todo el año. Hay personas que cada año se mandan hacer un traje nuevo, un buen sombrero, un cinturón, e incluso cambian de caballo.
Y hablando de gastronomía, cuánta comida se vende, porque la gente no deja de comer. Cuántos regalos compran.
La charrería nace junto con el tequila, es la fiesta, hay un punto de diversión entre la música, la charrería y el tequila, afirma Pablo Cabral, sin olvidar lo que representa el trabajo para los filarmónicos tan sólo en este día y no únicamente de Jerez, porque no se dan abasto, vienen bandas y músicos de otros géneros a trabajar y les va bien.
Y así concluye esta agradable charla con los forjadores de una importante dinastía dentro del más mexicano de los deportes, que, a través de sus hijos, nietos e incluso biznietos, impulsan la continuidad de nuestras costumbres en la fiesta charra que es el Sábado de Gloria.

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