Por Gabriel Páramo///Semillero65
Ciudad de México,(23-12-2024).-Ya casi es fin de año. La mayor parte de mi vida, en la CDMX, los fines de año fueron frescos, si no es que fríos. Ahora, la temperatura ronda por los calurosos 23º a las dos de la tarde que escribo este texto. Para nada con lo que se vivía antes.
En 1967 nevó por última vez en la capital. Fue a la una de la madrugada del 11 de enero, durante una onda fría. Recuerdo que mi añorado hermano Eugenio y yo descubrimos que la casa de la esquina, llena de rosales, estaba nevada y subimos corriendo a avisar. No fuimos a la escuela y, en cambio, estuvimos en casa de mis abuelitos, que vivían cerca de nosotros, y la querida Lupe nos hizo chocolate caliente mientras veíamos por televisión las imágenes inusuales.
Ese día, hace casi 60 años, la temperatura llegó a los cinco grados bajo cero. Sin embargo, el día más frío en la CDMX fue el 10 de diciembre, cuando se registraron 10 grados bajo cero. Mi papá, cada vez que llega mi cumpleaños, me recuerda que el 28 de noviembre de 1957 no solo hacía mucho frío, sino que caía aguanieve.
Yo tengo la impresión de que ahora hace más calor en diciembre sobre todo al medio día. Las mañanas suelen ser frescas, entre siete y 11 grados; luego, la temperatura ronda por los 25 grados y vuelve a descender en la noche.
Sin embargo, la gente se queja todo el año y se pone chamarras propias para soportar vendavales gélidos en Wisconsin y botas, particularmente las mujeres, que serían la envidia de cualquier mujik siberiano.
El problema de fondo es que el clima sí ha variado lo suficiente como para que el régimen de lluvias actual sea diferente, comparado con el que se consideraría normal, han aumentado las inundaciones y otros problemas para los que de ninguna manera estamos preparados.
A pesar de todo, sigue habiendo negacionistas del cambio climático, como los que campean por toda internet y el gobierno estadounidense. Así, que mejor, hagamos como canta Mono Blanco (El mundo se acaba, Mono Blanco y Stone Lips, 1997):
Pon atención, ¿no te das cuenta?
Que el hombre inventa la destrucción
Por la erosión, el río agoniza
Y eso da prisa a mi pasión y digo yo:
El mundo se va a acabar
El mundo se va a acabar
Si un día me has de querer
Te debes apresurar
