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Francisco Céspedes, la nostalgia de un eterno enamorado

Por Gerardo Romo///Semillero65

Zacatecas,(07-03-2025).- Yo tuve una novia… dice Francisco Céspedes. De inmediato evoca a la mujer que hacía gimnasia rítmica y a quien le compuso una canción, hace muchos, años, pero no tantos como aquel 1974 cuando siendo un chamaco dio forma a su primera rola en Cuba, sin imaginar que la fama tocaría su puerta para abrirle un mundo de ensueño y excesos.

¿Dónde está la vida?, uno de sus clásicos marca el inicio de su concierto nocturno bajo la luz de la luna en Plaza de Armas, donde buena parte del público comparte con el autor las huellas del tiempo de los 65 y más recordando que él apenas el 28 de febrero cumplió la edad sexualmente interesante de 69 años.

Isleño de nacimiento, mexicano por adopción y decisión propia, canta a los amores perdidos, extraviados, no correspondidos, que le hirieron el alma. El color de su voz es la nostalgia y también la soledad, que no le impide ser pícaro, alegre.

Con su canto Céspedes repasa la memoria … Yo tuve una novia, insiste y cuenta la escena: ella había sido mi novia hace diez años, la vi caminando en Cancún, iba a decirle que es hermosa. Pero llegó un coche, había tres muchachos en él, uno le dio un beso; se le iluminó el rostro y la vida. Yo un poco confundido entendí que ese hombre, esos hijos, eran su salvación, no y;o y le hice esta canción a ella, se llama Todavía. Y canta:

“Cómo pasa el tiempo, desde aquellos días, en que era mi vida, la tuya y la mía, aunque van los pasos, buscando alegrías, a veces encuentran la tristeza herida”… Y el piano que acompaña no llora. El público aguarda atento, escucha en silencio, goza a su manera, mientras la canción evoca que el autor no sabía, que al volverla a ver el amor que tenía por ella, sigue vivo en él.

Francisco Céspedes Rodríguez se asume en esta su tercera edad todavía como un loco, pero no cualquiera, un loco agradecido. “Búscate uno más joven”, le dice el cantante a una mujer que parece haberle lanzado desde el público una propuesta de esas que califican como indecorosas.

Y suelta de inmediato: “El enamoramiento no claudica, sigo enamorado de todas las novias que he tenido en mi vida”. Un aaahhhhhhhhhhh, espontáneo emerge entre el público. Céspedes sonríe y continúa con “Cuando te fuiste tu” que le canta a la mujer con quien confió que la presencia del pasado sea el deseo de amarnos hasta el fin y al no lograrlo ella hizo que le cantara por primera vez a la nostalgia que siempre queda en el recuerdo junto al adiós.

Céspedes recibe un mini pastel con una vela, Zacatecas le festeja su cumple y aprovecha para recordar…Yo tuve una novia, que me dejó. El piano y las percusiones dan pie a Que tú te vas, que describe cómo el alma del autor anda el desamor y se pregunta ¿qué hago con mis sueños, mientras yo pueda olvidar?

La agonía de la ausencia la acompaña con un solo de sax que parece termina de resquebrajarle mientras insiste …pero me duele tanto, ahora que no estás. Y el sax sigue su ritmo con sus notas de dolor mientras el hombre en el escenario cierra los ojos, aprieta las manos y la energía ahogada un sale como puede de su voz.

Céspedes hace una pausa y vuelve… Yo tenía una novia… una mujer que hace 33 años vino a vivir a Cuernavaca, Anita, (ya fallecida) y por quien saboreó el amargo de la soledad sentada al lado y el dolor esparcido en el camino. ¡No es nada fácil pero te tengo que olvidar!, ¿Qué puedo hacer si yo no puedo hacer nada conmigo?

Le canta a sus muertos

Ziyan Yang, catedrática del Instituto de Psicología de la Academia China de las Ciencias, explica en una entrevista para National Geographic que cuando se experimenta la nostalgia, la gente tiene una sensación de calidez, cariño y pertenencia, e incluso experimenta una especie de viaje mental en el tiempo.

Y así Francisco Céspedes se da un tiempo para recordar a Paulo Fernández Gallo quien murió recién en un accidente automovilístico en La Habana y de quien el cantante aseguró “se está elevando al cielo”.

También trajo a la memoria a Miguel Ángel su hermano de quien se refiere como el verdadero cantante de la familia y el mejor cantante de música popular de Cuba.

En un momento del concierto que duró 110 minutos Francisco Céspedes reconoce que se siente cansado, por la edad y el aire frío que sopla sobre él en el escenario, pero recuerda a su gran amigo y maestro don Armando Manzanero quien entre otras cosas le enseñó cómo comportarse con la gente encima del escenario y solía decirle: “si te dedicas tu a esto y estás cansado, las personas vinieron a verte, sigue cantando, esperan algo bueno de ti”.

Y cantó Contigo aprendí del maestro Manzanero y a quien solía decirle “por su culpa, con esta canción yo tuve una novia con la que duré seis años” y ríe agradecido.

“Yo le canto a sus muertos y a los míos”, le dice Céspedes al público que le mira y admira y comienza sin más “Yo are so beautiful” de Billy Preston “El quinto Beatle” y uno de los más grandes rockeros en la historia de la música.

Céspedes prosiguió…Yo tuve una novia… como preámbulo sobre su historia con Marjorie González, la madre de su hija e hijo a quien un buen día´él estando en México y ella en Cuba, tras más de un año de no verse le habló por teléfono para cantarle al oído: ” Porque tu me faltas quiero darle al alma, el consuelo que le falta, porque al pensamiento no le gana el tiempo y sentirlo que me mata, aunque estés adentro y este sentimiento se me antoje eterno, esta lejanía duele cada día porque no te tengo, no tengo tu boca no tengo tus ganas y por más que intento ya no entiendo nada, está vida loca, loca loca, con su loca realidad”… y a coro, el público siguió al enamorado.

Krystine Batcho psicóloga del LeMoyney College de Nueva York afirma que los recuerdos nostálgicos pueden animarnos a buscar apoyo social y emocional porque suelen estar protagonizados por personas importantes de nuestro pasado.

El nacido en la provincia de Villa Clara siguió recordando a cada instante a las protagonistas de su vida, desde aquella niña, Marielena, que le gustaba tanto y le ocasionó su primer sufrimiento al darse cuenta por su maestra, que no la vería más, pues le dijo que se había ido del País, supo que no la vería más; hasta sus amores intensos y fugaces de la universidad que conocía vagando de bar en bar.

Las investigaciones han descubierto que la nostalgia puede aumentar nuestra sensación de bienestar, potencia la inspiración, la creatividad, nos hace sentir más jóvenes, despiertos, optimistas, y enérgicos, incluso puede animarnos a asumir riesgos y perseguir nuestros objetivos.

Y en su eterno enamoramiento, el cantante contó que desde niño veía en la tele a Consuelo Velázquez quiso ser su novio y ¡quién sabe si me hubiese aceptado! siguió entonces con el clásico de clásicos Bésame mucho, que escuchaban los combatientes a manera de despedirse de sus amores antes de partir a la Segunda Guerra Mundial.

Luego insistió: “Yo tuve una novia, Lily Pempeña que conocí cuando tenía 22 años, y ahora vive en Miami le compuse Si no fuera por ti, no hubiera conocido este amor loco, donde el sueño es un insomnio interminable. Y el saxofón nuevamente acompaña el lamento en un arreglo jazzístico.

Pensando en ti, Nadie como tu, y Señora, una detrás de la otra, el final se aproxima y la voz se cansa aún más al grado que las interpreta casi como poemas declamados a todo pulmón y con el corazón enchido de emoción.

…Yo tuve una novia, dice y remata: se están acabando las novias y también las canciones.

La nostalgia suele considerarse una experiencia emocional contradictoria. Incluso con los recuerdos felices, la nostalgia puede ser a la vez dulce y amarga. Si bien el recuerdo en sí reconforta y calienta, también puede entristecer porque la experiencia se ha ido.

Aunque Francisco Céspedes estudió la carrera de medicina, nunca encontró para sí el remedio para las heridas de amor, antes bien aprendió a aceptarlas, vivir con ellas y hasta apreciarlas.

Para cerrar su concierto, el cantautor interpreta Remolino, su andar está muy lejos de serlo, pero con todo su ímpetu baja del escenario y recorre unos 50 metros por el pasillo central que divide en dos la tribuna que lo observa, el recorrido le sirve para saludar a sus fans, tomarse selfies, repartir uno que otro beso en un afán de correspondencia gentil.

Sabedor que no fue la mejor de las parejas, antes de irse comparte un consejo para todos, en especial a las parejas, con sabiduría que le heredaron los años:

-Quiéranse, cuando vayan a enfrentarse y pelearse piensen lo que van a decir o mejor se callan, porque una palabra fuerte se puede quedar marcada para siempre y la armonía ya no es la misma, se los dice un viejito de 69 años que tiene experiencia en la vida y al alzar la voz, por los egos, las cosas no fueron bien que Dios me los bendiga-

Céspedes en blanco y negro Foto: Flor Castañeda

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