Por Gerardo Romo///Semillero65
Zacatecas,(08-11-2025).- “Estamos orgullosas de ver a mamá plena, productiva, feliz y con muchos proyectos”, coinciden Haydé y Citlali, ambas hijas de María de Jesús Robles, maestra jerezana jubilada que comenzó a dar clases en escuelas rurales a la temprana edad de 18 años, convirtiéndose en formadora de infinidad de jóvenes, muchos de los cuales hoy son profesionistas, personas de bien, que emergieron de la tierra de López Velarde para florecer en nuestra tierra y el país.
A sus 49 años, la maestra María de Jesús decidió jubilarse, tras 30 años de servicio. Y entonces decidió darse para sí un año sabático y fue entonces que hizo suya la Casa del Jubilado de Jerez donde permaneció activa haciendo ejercicio, practicando yoga, natación, participando con la rondalla “Voces de Jerez”… conviviendo con otras personas, haciendo nuevas amistades y sonriéndole a la vida en esta nueva etapa.
“La Casa del Jubilado me ayudó a reencontrarme conmigo y emprender nuevos proyectos personales”, dice.
Acudir ahí fue para ella una forma de recargar baterías para seguir disfrutando la vida y encontrarle sentido.
A tal grado que una vez jubilada, la maestra decidió volver a las aulas, pero ahora como alumna y tras cinco años de arduo estudio se convirtió en abogada.
“Me dio mucho gusto ser abogada tras haberme jubilado, empecé trabajando con un grupo de abogados y ahora litigo por mi cuenta, me gustan mucho las leyes, ser abogada y ayudar a las personas para que se haga justicia”, explica.
La maestra se dio tiempo para convivir con su familia nuclear y ampliada e el Festival Musical – Literario que el ISSSTEZAC organizó para festejar con alegría el día de muertos.
“Cuando se jubilan muchas personas caen en depresión, pero hacer comunidad con otras personas jubiladas como ocurre en las casas que para nosotras y nosotros tiene el ISSSTEZAC nos permite mantenernos vivas y vivos, con ilusión y en colectivo, gracias a estas actividades no nos sentimos solas”, afirma alegre.
Y también la Casa del Jubilado fortalece a la familia nuclear como le pasa a la maestra María con sus hijas y su nieta.
“Me da mucho gusto ver que mi mamá ha cumplido sus sueños”, dice Haydé, la hija mayor de María y quien ahora gracias al esfuerzo de su madre y al propio es una médica familiar que igual que su madre, aunque en distinta trinchera se dedica a hacer bien a los demás tratando de sanarlos.
-¿Y cuál considera que es la mejor medicina para la familia?-, le pregunto a la joven doctora.
-El amor y el respeto-, responde un poco sorprendida por la pregunta.
Y Citatlli admite que lo que más admira de su madre es lo trabajadora y responsable que es. “Eso creo que me lo heredó, yo también lo tengo”, dice orgullosa de ambas.
Y entre las tres está la pequeña Victoria, una hermosa bebé que no deja de deslumbrarlas a las tres e inunda de ternura la cohesión familiar de esta familia de mujeres jerezanas de bien, emprendedoras y visionarias.
María de Jesús Robles es sin dudarlo, el pilar de su familia. “Estamos muy orgullosas del buen ejemplo que nos ha dado mamá”, dicen las hermanas, la pequeña Victoria las mira a las tres con sus bellos ojos como descifrando el legado de la abuela, del que seguramente ella también gozará y le ayudará a crecer con fortaleza, alegría y esperanza.
